Not anymore.

Juegos de chiquillos, pasiones de locos. Lo especial de pensar demasiado poco.

El colmo de lo contradictorio. En el límite de lo incomprensible. 

En el abismo mismo de perder del todo el juicio, lo supe. 

Flaws.

En el fondo le he cogido el gustillo a los días grises y a las caladas finales. Al sonido del placer ultimado, de la risa floja y las despedidas.

Vivo más de noche que de día, entre papeles de esquinas dobladas y garabatos a tinta azul añil. Obnubilada entre voces, perdida entre acordes, atrapada entre caligrafías varias. Pero eso no es culpa tuya.

Hace tiempo quisimos compartir veladas -de ilusión también se vive-. Terminamos compartiendo noches tan al límite como limitadas. La ilusión se esfumó, supongo; hoy no consigo atisbar nada más allá del murmullo de miradas que vigilan nuestras manos entrelazadas durante apenas unos segundos, o el halo de lascivia que producen nuestros cuerpos al acercarse a una distancia no demasiado prudente.

Se nos marchitaron las ganas, y llevamos años tirando de recuerdos pasados, de mensajes desgastados y devastados por la ingenuidad de dos niños cautivados, tal vez cautivos.

Pero llegado este punto no necesito más que otro par de cigarros que acompañen mis noches de quimera. Guarda tu sonrisa y tus maneras, aleja la mano del fuego y deja de hurgar en la herida. Ya está cosida, a la luz de una vela y con el impreciso pulso del amante despechado. El nosotros ya ha pasado.

Sigues sin entender nada.