lunes, 31 de enero de 2011

Fear.

Y ahora vienes a decirme que nada es como es. Que todo es como era, como lo que nunca fue.
 Que somos lo que pudimos ser y no fuimos, lo que debimos ser y no quisimos, lo que fingimos ser y perdimos.
Miedo, por supuesto que tengo miedo.

















jueves, 27 de enero de 2011

Time to pretend.


Hablar, reír, acechar. Venir, ir, volver. Allí, aquí, ahora. Sentir, temer, callar.
Reprimir, sucumbir, mantener el control. La presión, el calor, la inquietud.
Lo remoto, lo ardiente, lo incompatible. 
La ignorancia, la arrogancia, lo trivial.
Tu frialdad, mi apatía, nuestra curiosidad. La tentación.









... Lo irremediable.

martes, 25 de enero de 2011

La ceniza en llamas.

Y la vida sigue, y el dolor no duele. Las heridas que traté de aliviar con alcohol, el recuerdo de los recuerdos.
Recorriendo a ciegas el camino que memoricé como la palma de mi mano aquella vez, aquellos días. Todo es igual aunque todo haya cambiado. El tiempo no espera, y nosotros seguimos teniendo demasiada prisa. Paso a paso, primavera, verano, otoño, invierno. Y así una y otra vez; la dulce monotonía. Pero otra vez llega el frío, y otra vez estoy aquí, volando demasiado alto, precipitándome al vacío, ganándome a pulso una caída más que certera. Poniéndome condiciones, prohibiéndome, por primera vez, lo irreflexivo. Sobrellevando lo banal, cuidando los detalles.
Dime cuándo me vas a dejar entrar, que empiezo a sentirme cansada y necesito un lugar donde empezar... de nuevo.
El valor para soplar donde ya no queda nada, dicen. La ceniza en llamas. Déjala arder, arde conmigo.


sábado, 22 de enero de 2011

Wasted thoughts.

Apenas recuerdo el instante en que decidimos romper firmemente con los tópicos románticos, con las realidades compartidas.
Sopesando aquello supuestamente nuestro lo supimos. Tal vez yo, tal vez tú. Supongo que los dos. Creímos saber lo que es el miedo. Nos dejamos inquietar por la imposición de lealtad y huimos, arrastrando con nosotros todo lo que quedara por venir.
Dejándonos matar por el orgullo una vez más, pudieron las palabras con el sentir. Los duelos a muerte siempre fueron nuestro fuerte, nada de medias tintas.
Intentamos vivir, lo intentamos, pero la inercia nos hizo prender la primera llama. Y la dejamos arder, inmersos en el fulgor del fuego; ensimismados. La observamos en todo su esplendor hasta calcinar cualquier resquicio de ternura. Nada. No quisimos retener nada. ¿Para qué? Sólo deseábamos ser aparentemente fuertes, más bien impasibles. Inertes.
Un descuido puede echar a perder toda una guerra. Sin pretensiones ni cálculos. Ni palabras. 
Dicen que esta batalla estaba perdida desde antes de empezar; eso nunca lo sabremos.
Lo que sí sabemos es que existió. Lo que nos negamos a aceptar es que probablemente existe.


jueves, 20 de enero de 2011

Bittersweet.

El agridulce sabor del reencuentro, del recuerdo, del pasado. Ese que ya una vez nos traicionó, quizá alguna más. Ese que se empeña en florecer cuando más necesitamos creer que sigue enterrado, aunque nunca lo llegara a estar.   
Déjame engañarme si es lo que deseo. Nadie te pidió que me abrieras los ojos.

lunes, 17 de enero de 2011

You only live once.

Sin duda sólo tenemos una vida. Pero no una sola oportunidad.
La tendencia a lamentar los movimientos en falso cometidos o aquellos que nunca llegamos a cometer incrementa con el tiempo y las personas. Cegados por el anhelo y la aparente necesidad de alcanzar lo que culmina en perfección tanteamos, retrocedemos, vigilamos cada paso, obsesivos, vulnerables. Frágiles.
¿Tanto nos cuesta considerar que lo mágico es natural, efímero, y sobre todo imperfecto?

Igual que a ti, igual que a mí, la realidad los aplastaba.