sábado, 8 de febrero de 2014

23.59

Hoy extraño tu risa, tu mirada fija y tus sabias palabras. Hoy recorrería cada esquina de esta extraña ciudad por encontrarte y retenerte unos minutos a mi lado. Hoy mataría por una palabra de alivio, un consejo o un reproche. Porque escogieras esta noche entre mil noches. Porque agarraras mi mano, con el pulso temblando, y me contaras cómo acaba esta historia.

Quien bien te quiere te hará llorar, ¿no es así?



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Igual que a ti, igual que a mí, la realidad los aplastaba.