viernes, 9 de septiembre de 2011

Saying nothing, that's enough for me.

Un día, sin razón aparente ni previo aviso, me sorprendí tirando de viejas historias, tarareando canciones pasadas y apretándote la mano.
Me empeñé en hacerte recordar todo lo que habías olvidado, empezando por los paseos, terminando por los abrazos. Y me desesperé entre torpes intentos frustrados.
Los pasos en falso, los miedos, las dudas. La impaciencia de la impotencia, el miedo al olvido, la ilusión de recordar.
No será la primera ni la última vez que me equivoque, pero siempre lo hice por ti.
  ... Después de todo resultó demasiado sencillo hacerte feliz.

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Igual que a ti, igual que a mí, la realidad los aplastaba.