Cuando la realidad nos enseña su otra cara; la verdadera. Cuando comprendemos, a duras penas, que no somos el centro de gravedad. Que nos hemos convertido en el tablero del juego que un día nosotros mismos inventamos.
Jaque mate contra mí. Y yo aquí, sonriendo al azar. Quién dijo miedo.
Si hay alguien que me mata, desde luego, esa eres tu.
ResponderEliminaresa máscara es la de camel!
ResponderEliminar